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viernes, 25 de marzo de 2011

Como motivar a tus colaboradores.

Muchos ejecutivos se devanan los sesos preguntándose por qué sus colaboradores no trabajan con más entusiasmo si tiene un buen sueldo, si las prestaciones que la empresa proporciona son de calidad y existe un buen clima laboral.

Indudablemente los factores descritos anteriormente influyen en la motivación, pero a lo mejor pueden estar pasando por alto algunos otros aspectos.

Veamos este caso. Gaspar, trabaja como auxiliar de entrega de material en un negocio distribuidor de productos eléctricos. Entró a trabajar aparentemente muy motivado, sin embargo su jefe no ha podido impulsarlo para que llegue a sus metas de trabajo, al contrario: le lleva mucho tiempo surtir a los clientes y frecuentemente proporciona un material por otro, lo que ha incrementado el número de reclamaciones en la tienda.

Su jefe no sabe qué hacer: le ha llamado la atención, lo ha castigado, lo ha sermoneado, pero Gaspar no presenta señales de mejora. La compensación que le da la empresa es aceptable, así que nadie se explica qué está pasando.

Ahora analicemos este otro caso. Amelia trabaja para una agencia de viajes. Tiene un sueldo fijo de base y el resto es variable. Aunque tiene la oportunidad de ganar mucho dinero, parece que se conforma con la parte fija.

Le han asignado comisiones más atractivas, oportunidades de ganarse premios y viajes, incluso de manejar un horario de trabajo más flexible, pero nada parece motivarla.

Por último, exploremos este ejemplo, Sebastian  ha trabajado durante los últimos 7 años como auditor administrativo. Debido a cierre de puestos, lo han transferido como asistente de capacitación en el área de Recursos Humanos.

"En este puesto ganará más y así le compensaremos lo bien que se ha desempeñado en la empresa", pensó su jefe. Para sorpresa de todos, Sebastián no está rindiendo como se esperaba, al contrario, parece falto de entusiasmo en lo que hace.

A primera vista, estos casos pudieran parecer inexplicables. Sin embargo, todos tienen un elemento en común que sólo se puede descubrir cuando se tiene un acercamiento con el colaborador.

Uno de los factores clave dentro del tema de la motivación consiste en la expectativa de logro que el empleado tenga con respecto a las metas laborales o personales. Si dentro de su marco él cree que sí las puede lograr, estará más incentivado. Pero si cree que son imposibles o bien, que se lograrán pero a largo plazo, será más difícil cultivar su entusiasmo.

Entonces aquí se presentan tres escenarios que tal vez podrían estar incidiendo en esa baja expectativa de logro que tiene tu colaborador.

El primero es que el colaborador no sabe cómo llegar a la meta. Esto es común en colaboradores que son de recién ingreso y aún no dominan el producto, los servicios, las políticas y procedimientos de su puesto.

En el ejemplo expuesto de Gaspar, debido a una deficiencia en la capacitación, nadie le explicó cómo se formaba la nomenclatura de los códigos de cada uno de los productos que manejaba. Por lo tanto no tenía más remedio que aprendérselos de memoria... ¡y son más de 4000 artículos los que tiene el inventario de la tienda!

Por lo tanto, Gaspar creía imposible llegar a dominar los códigos de identificación de los productos para mejorar su eficiencia en sus tiempos de entrega y disminuir reclamaciones por dar a los clientes productos equivocados.

Una simple explicación bastó para abrirle el mundo a Gaspar. Su desempeño mejoró notoriamente y, desde luego, bajó el índice de reclamaciones. Gaspar se sintió más motivado y más seguro de sí mismo al realizar su trabajo.

El segundo escenario es que el colaborador se sienta desmotivado porque cree que no puedealcanzar sus metas personales con el trabajo actual.

Vayamos al caso de Amelia. El sueño de toda su vida ha sido comprar una casa de dos pisos. Pero cree que no lo logrará porque no se siente capaz de ello. Tiene una pobre opinión de sí misma y desconfía de sus propias habilidades.

Por lo tanto hace mucho tiempo dejó de soñar y decidió "centrarse en su realidad" por lo que ya no tiene aspiraciones.

Al saber esto, el papel del líder es acercarse con Amelia y hacerle ver que si ahorra determinada cantidad de dinero podría reunir la entrada de su casa. Para ello, obviamente, tendría qué apurarse en vender más para ganar más comisiones.

Dado que Amelia tiene baja autoestima, el líder tiene que estarle infundiendo ánimo frecuentemente. Cada vez que Amelia cierre una buena venta, ahí debiera estar su jefe para felicitarla y decirle que lo está haciendo bien.

Y cuando reciba sus comisiones podría decirle algo así como: "¡Muy bien Amelia! Ya verás que pronto habrás podido reunir lo suficiente para la entrada de tu casa". Te aseguro que estas palabras quedarán muy grabadas en ella y son las que le servirán para seguir echándole ganas a lo que hace.

El tercer escenario es que al colaborador siente que no puede con el trabajo debido a que no está en un puesto en el que practique sus habilidades naturales. Tomemos como referencia el caso de Sebastián.

Este colaborador es hasta cierto punto introvertido. Su anterior puesto como auditor administrativo lo llevaba a estar en contacto con papeles y computadoras. Así se sentía como pez en el agua. Pero ahora su trabajo implica mucho contacto con la gente, además de que nunca ha sido instructor.

Aunque se esfuerza por hacer un buen papel y el sueldo es bueno, no cree que pueda desempeñarse a la altura algún día. Por lo tanto, su nivel de entusiasmo ha bajado notablemente.

En este caso, la experiencia me dice que lo más motivador para él será transferirlo a un puesto de trabajo en donde no tenga mucho contacto social y así se aprovechen mejor todos los conocimientos que tiene.

Pensar en desarrollar sus habilidades sociales también es una opción, pero llevaría mucho tiempo inculcar en él un cambio en sus tendencias de personalidad, por lo tanto sería muy costoso para la compañía llevarlo por ese terreno.

De modo que, a partir de estas experiencias, te recomiendo tres pasos para explorar el esquema de motivación que deberás aplicar cada vez que en tu equipo de trabajo tengas a un colaborador falto de entusiasmo.

  1. Reúnete en privado con el colaborador. Tu objetivo será averiguar la causa de su desmotivación. Hay que saber preguntar, ya que muchas veces el colaborador no tiene claro lo que quiere y tendrás que ayudarle a definirlo.

    Sondea por el terreno de sus motivaciones personales y por su nivel de satisfacción a nivel laboral. Así te será más fácil dar con la respuesta.

    Puedes hacerle preguntas tales como: ¿a dónde quisieras dirigir los frutos de tu trabajo? ¿Qué te gustaría lograr con el dinero que ganas? ¿Existe algo que te preocupe, tienes algún temor que no has podido resolver respecto a tu trabajo o al logro de tus metas personales?
  2. Una vez que hayas dado con la causa procede a actuar conforme a ésta. Si el colaborador está desmotivado porque le falta conocimiento respecto a su trabajo, procede inmediatamente a capacitarlo.

    Si el colaborador cree que no puede alcanzar sus metas personales en su puesto actual, busca los modos de alinearlas a éste y los beneficios que le brinda para que empiece a tomar las cosas desde otra perspectiva.

    Y si el colaborador está falto de entusiasmo porque el puesto no encaja con su talento natural, busca transferirlo a otro que encaje con su perfil a la primera oportunidad.
  3. Felicita todas las señales de mejora que observes en su desempeño. Si quieres que un buen comportamiento se repita, tienes que estimularlo y el reconocimiento es un gran impulsor.
  4. Pero procura que tus felicitaciones sean sinceras, de lo contrario el colaborador notará el vacío de tus palabras y no tendrá el mismo impacto.
Llevar a la práctica estos consejos consolidará tu poder como líder ya que te convertirás en la fuente de inspiración para tu personal, ellos te adorarán y tu nivel de influencia se potenciará.

Desde luego, todo esto tiene su finalidad: llevar a tu equipo de trabajo a niveles de eficiencia más altos, con lo cual conseguirás los resultados que la empresa te pide con más facilidad.

Motivar al personal es todo un arte y a un líder le conviene empezar a dominarlo. También es importante que estés consciente de que no existen recetas mágicas. Todo lleva su trabajo de por medio y es resultado de la combinación de varios factores.

Pero lo que no me cabe la menor duda es que la gran fuerza motivacional de tu equipo de trabajo será el propio entusiasmo que demuestres como jefe. Empieza contigo y lo demás empezará a fluir más fácilmente.



Un abrazo a todos, 
Andres Guzmán 
Motivador.







martes, 1 de marzo de 2011

Deja de quejarte, y cambia.

Si algo no te gusta, cámbialo. Si no puedes hacerlo, cambia tu actitud. No te quejes.
CAMBIA LA FORMA DE VER LAS COSAS, Y LAS COSAS CAMBIARÁN DE FORMA.


En Julio del 2006 Will Bowen propuso a su comunidad "El reto de los 21 días" con el propósito de ayudar a eliminar cualquier rastro de queja o lamento y sus nocivas consecuencias para el individuo.



Su propuesta fue muy simple: los participantes debían colocarse una pulsera morada con la leyenda UN MUNDO SIN QUEJAS y mantenerse durante 21 días sin emitir ningún tipo de queja o crítica, ya sea "me duele la cabeza" o "nada me está saliendo bien".
Si durante este periodo los participantes emitían algún lamento debían cambiarse la pulsera de muñeca y volver a empezar. La mayoría de los participantes logró superar el reto, pero con un mínimo de 5 meses, un tiempo que evidencia la presencia de la cultura de la queja en nuestras vidas.





Un reto que cambiará tu vida y la de tus semejantesDesde NuevaGaia te proponemos asumir este reto de 21 días sin quejas, sin críticas y sin chismes... si lo logras, harías de tu vida un paraíso sin enfermedades. Tendrás mejor ánimo, menos dolores, relaciones más favorables, mayor autoestima, etc. Serías una persona más feliz y armoniosa.



¿Crees que puedes aceptar el reto?
Seis millones de personas ya lo han logrado desde que en 2006 el Pastor Will Bowen ha lanzado la campaña en EEUU. Cada día se suman más personas a este reto para lograr un mundo mejor. También México ya tiene su organización que apoya esta campaña de "Un mundo sin quejas"


Muchas personas que participan del reto, que decían no quejarse demasiado, se dieron cuenta de lo hacían con un promedio de 20 veces al día. Así que imagínate lo que nos quejamos y criticamos a diario...

Quejarnos se ha convertido en una Pandemia¿Has notado que siempre hay algo de que quejarse? Si no es el clima, es el tránsito, la inseguridad en las calles, las mentiras de los políticos, la salud, del dinero que no alcanza, etc., etc. Lo único que ganamos al quejarnos es sentirnos cada vez peor.

"Cuando criticamos, nos quejamos o juzgamos algo o alguien, estamos emitiendo una energía discordante. Esta energía, por Ley de Atracción será devuelta a nosotros pero multiplicada. Además, alimentamos aquello de lo que nos quejamos y lo hacemos más grande"

Con la queja te conectas a campos morfogenéticos de baja energía, que te debilitan, haciéndote más vulnerable a enfermedades, conflictos sociales y carencias. Por el contrario con la Gratitud te conectas a campos morfogeneticos de mayor energía, en los niveles en que el poder personal se desarrolla.

Nuestra propuesta es que desde este momento en adelante asumas el compromiso de dejar la queja y la remplaces por la Gratitud... así que mantente observando tus pensamientos y palabras y cada vez que te descubras quejándote, expresa un agradecimiento a la vida, al trabajo, la salud... o cualquier otra cosa que puedas agradecer de corazón... siempre tendrás algo para agradecer. Cada vez que emitas una queja tendrás que volver a empezar la cuenta de los días desde uno.

Pensar una queja o crítica y no la digo, ¿También cuenta?Por suerte NO. Sólo las palabras que salen de tu boca son las que cuentan en este caso.Quienes lo han logrado reconocen que no es para nada fácil, pero después de las tres semanas, o más, que tardes en lograr la meta, dejas inclusive de criticar con la mente.



¡ Adelante !... acepta el reto... demuéstrate que SI puedes, y vive la Gratitud como una experiencia que se "siente"... y asciende a un mayor nivel de conciencia y despertar, donde el panorama de la vida será más amplio y amable contigo.
No hace falta que te pongas una pulsera morada, utiliza lo que te resulte más cómodo. Una piedra en el bolsillo puede ser útil. La importancia es darnos cuenta que estamos "en falta" y al cambiar la pulsera de brazo nos permite tomar conciencia que hemos recaido en la queja. Así que debemos cambiar de brazo la pulsera, o de bolsillo la piedra, y comenzar nuevamente a contar los 21 días.


¿Por qué 21 días?Los científicos dicen que nos toma 21 días en crear un hábito, y como quejarnos es habitual para la mayoría de nosotros, nos tomará 21 días para dejar ese hábito y formar uno nuevo, "la gratitud".


Como siempre un abrazo total, y esperando que esto le ayude aun mas a cambiar su vida.
Con afecto.
Andres Guzman