Lo que hacemos en la vida tiene eco en la eternidad

sábado, 30 de abril de 2011

Las mil y una excusas.

Cuántas excusas se han dicho para ocultar errores, tapar faltas, encubrir una actitud irresponsable o tratar de esconder la mediocridad. Desde culpar a la lluvia, al tráfico, al calor o inventar enfermedades, hasta de un familiar muy cercano, son parte de las miles de excusas que se dicen para “salvarse” de un regaño o una sanción y justificar un error cometido. Según el diccionario de la Real Academia Española (Drae) la excusa significa “Motivo o pretexto que se invoca para eludir una obligación o disculpar una omisión”.

Todos los días escuchamos a personas dando excusas por todo, excusas por llegar tarde, excusas por olvidar citas pendientes, excusas por no hacer suficiente ejercicio, excusas de por qué no han logrado el éxito económico deseado, excusas sobre por qué sufren de exceso de peso, excusas por no haber estudiado una carrera, excusas por ser pobres, excusas por no haber logrado una meta, excusas por no ganar un partido, excusas por haberse divorciado, excusas por no conseguir un empleo y una interminable lista de pretextos y excusas que solo logran convertir a quien las dice en un individuo subdesarrollado. .

Todas las excusas buscan justificar algún tipo de acción mediocre que hemos cometido o que estamos cometiendo. Seguramente tu conoces por lo menos a una persona que en algún momento, tratando de explicar un fracaso, ha señalado con su dedo a otras personas para culparlas de su error.


Si pagaran por decir excusas seríamos millonarios

La mayoría de las personas, por no decir todas, poseen un variado arsenal de justificaciones, excusas, mitos, mentiras, suposiciones y disculpas para justificar cualquier tropiezo, error, irresponsabilidad, impuntualidad o cualquier historia que se nos cruce por la mente.

Para la persona mediocre, su fracaso es el resultado de la discriminación, o del sistema, o de la falta de amor por parte de su familia, o de apoyo por parte de los amigos, o de la envidia de los demás, o simplemente de la falta de oportunidades.

Los menos atrevidos culpan al destino, mientras los más sofisticados culpan a la situación económica, al sistema político o a las tendencias globales. Si pagaran en una taquilla por cada excusa que dicen las personas, no cabe duda que habría muchos millonarios.

Los más cínicos profesan que "no es lo que uno sepa sino a quién conozca". Los resignados aceptan que "lo que ha de ser para uno será para uno, y que si no ocurre, pues no era para uno, y por algo será, y a lo mejor no me convenía, y ...", o que "lo importante no es ganar o perder, sino haber tomado parte en el juego". Toda una serie de diferentes maneras de justificar su mediocridad (personas que medio creen en si mismas) que los exonera de toda culpa. Para todos ellos, sus fracasos parecen siempre ser el resultado de una conspiración de la sociedad en su contra.


Si yo pudiera... si yo tuviera...

La actitud más cómoda de un especialista en excusas es encontrar culpables por sus fracasos y no aceptar la responsabilidad de sus errores. Estos individuos tienen la mala costumbre de no afrontar su responsabilidad ante la vida y culpar al sistema político o económico desde un confortable sofá frente al televisor. Son los mismos que culpan a su país por tener oportunidades, culpan a la sociedad por sus desgracias, culpan al sistema económico por su pobreza, culpan a su familia y a sus hijos por no tener tiempo, etc.

Las excusas son tan peligrosas que pueden convertirse en fantasías o suposiciones, hasta el punto de arrastrar a quien las dice hacia un verdadero callejón sin salida, por ejemplo;

Si yo tuviera mucho dinero haría...Si yo tuviera un título universitario sería...Si yo viviese en el extranjero podría...Si yo pudiera tener un carro...Si yo me ganara la lotería haría...

Si yo...si yo...si yo...si yo... y una lista de suposiciones, fantasías o excusas para no tener lo que deseamos en la vida y que solo logran hacerle daño a quien las dice o las piensa.


Excusas, excusas, excusas...¿Cómo curarse de ellas?

Las excusa es una especie de enfermedad que se apodera de un individuo y este la propaga como un virus por toda la sociedad hasta convertir a un país entero en una nación subdesarrollada. El medicamento más eficaz para eliminar las excusas es simplemente aceptar en un 100% la responsabilidad de nuestros errores y faltas sin pretextos.

Esta actitud te proporciona poder y te hace sentir dueño de ti mismo, la responsabilidad abre tu mente a nuevas oportunidades y te obliga a aceptar el compromiso ineludible con tus metas y aspiraciones. Si decides hacerlo, encontrarás el camino hacia la realizaciónde todos tus sueños.

Si quieres que las excusas no sigan inundando tu vida de fracasos y mentiras, ponte en acción y comienza a hacer realidad todo lo que tienes planeado. Una vez que se da una excusa no se avanza sino que se retrocede, porque las excusas nos limitan. Cuando nos sentimos habitualmente deprimidos, impotentes o inútiles, es como si un gran letargo se apoderara de nosotros.

Nos sumergimos en un mar de desesperación. Y es mejor quedarse tranquilo que intentar salir adelante. Las excusas son la razón fundamental de la inacción Confiamos en las excusas para evitar los riesgos, para explicar el fracaso, para resistirnos a los cambios, para proteger nuestro amor propio. La excusa es una forma de decir: "No es culpa mía".

El truco para dejar de poner excusas consiste simplemente en dejar de ponerlas y asumir la responsabilidad de nuestros éxitos y de nuestros fracasos. Existe la tendencia a pensar que las excusas son un salvavidas para salir de situaciones difíciles y embarazosas, ante estos escenarios de la vida hay que entrar en acción para seguir adelante. No demos excusas cuando es por causa de nosotros mismos, aprendamos a aceptar nuestras deficiencias y no que otros aprendan a aceptar nuestras excusas.

Cuando llegues tarde a una cita o al trabajo no le eches la culpa a la lluvia, sal de tu casa más temprano si ves el cielo nublado o ten un paraguas a mano. Cuando te quedes sin dinero no le eches la culpa al gobierno o a la crisis, ahorra, busca un empleo extra o emprende un negocio propio. Cuando no consigas empleo, no culpes a los demás por tu fracaso, mejor aún, levántate del sofá, capacítate, haz que las cosas sucedan, es hora de despertar, de asumir las responsabilidades.
Recuerda que no existen excusas para no triunfar y que las cosas que más deseas pueden hacerse realidad si tu haces que se hagan realidad.

Pensamiento: “La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas.” Maugham William Somerset

Con afecto, 
Andres Guzmán.




domingo, 24 de abril de 2011

Supera la inseguridad personal.

Hola amigos y amigas, hoy quiero compartirles sobre la inseguridad personal, algo que a mi me costo mucho superar luego de mi padecimiento de cancer, talvez usted no tenga una enfermedad, ni nada por el estilo, pero puede que sufra de inseguridad algo que le esta limitando a poder dar pasos de triunfo en su vida y sobre todo de paz.

Le comparto algunas situaciones que aplique y encontré en mi momento para superarlo.
Algunas de las razones porque las personas sufren de falta de inseguridad en si mismos  son las siguientes.

El diálogo interno negativo es una de las razones. Cuando las personas se mantienen en su diálogo interno negativo no pudiendo reemplazar por un diálogo positivo comienzan a sentir miedo y a dudar de sí mismos.

Falta de comunicación asertiva es otra razón. La inhabilidad de comunicarse de una forma asertiva produce inseguridad. Si usted no puede expresar sus necesidades y defenderse a sí mismo va a sentir resentimiento y rabia y va a sufrir una tendencia de hacer suposiciones. La inseguridad crea duda en usted mismo y como resultado surgirá un diálogo interno negativo.

La pobre imagen de sí mismo crea baja confianza en usted mismo, si usted se siente por ejemplo más segura cuando tiene puesto el maquillaje que cuando no tiene maquillage usted sufre de baja auto imagen. 

Como superar la inseguridad de si mismo.

Para superar la inseguridad de sí mismo debe tener el coraje de abrirse, porque la confianza en sí mismo está ligada a la confianza hacia los demás. Usted también tendrá que tomar conciencia que la vida no es perfecta, que usted no es perfecto y los demás tampoco lo son.

Algunos consejos:
Elimine el diálogo interno negativo reemplazándolo por palabras positivas.

Mejore la imagen que tiene de sí mismo para crear más confianza.

Supere la baja autoestima cambiando la manera que se siente emocionalmente, acerca de usted mismo. La baja autoestima lo lleva a creer que usted no es lo suficientemente bueno y no es perfecto como es.

Aprenda a comunicarse de una manera asertiva. Ser asertivo lo va a ayudar a sentirse en control y cuando se vea a usted mismo comunicándose con los demás sin agresión acerca de sus necesidades y derechos, se va a sentir muy bien.

Usted no puede cambiar el mundo ni las personas, pero sí puede tomar responsabilidad de como se siente. Trabajando interiormente con su diálogo interno negativo, su imagen y su falta de aserción en la comunicación, le dará la oportunidad de desarrollar la seguridad en sí mismo que está buscando.

Con afecto,
Andres Guzmán.


viernes, 22 de abril de 2011

La Envidia.


Si bien es cierto que una parte de nosotros contiene aspectos de nosotros que negamos también es muy cierto que contiene nuestros sueños, talentos y ambiciones. Y cuando negamos amigas y amigos esta parte de nosotros es decir cuando usted no utiliza esos talentos entonces sufrirá de la tan famosa envidia, odio, rabia, lujuria porque la vas a proyectar cada vez que observes a alguien exitoso. Te vas a poner super verde de la envidia.

La envidia es la peor emoción destructiva. Porque vas a envidiar las cualidades, posesiones, buenas cualidades, estilo de vida de los seres amados. Aún inconscientemente vas a querer destruir a esa persona.

La envidia queridos lectores se encuentra arraigada cuando muestras o recibes (mucho ojo) un respeto exagerado y la celebración exagerada de tus éxitos. A la misma vez es un rechazo hacia nuestras propias cualidades positivas porque cuando envidiamos nosotros inconcientemente proyectamos nuestros propios atributos positivos en los demás. La tragedia reside en que nos ciega a lo bueno que hay dentro de nosotros.

Aunque puede ser desalentador encontrarnos con nuestros demonios de la envidia y la codicia dentro de nosotros al encontrarnos aplaudiendo y observando los éxitos de los demás, el hecho de aceptarlo te servirá como catapulta para que te motives a alcanzar metas tu también, para desarrollarte y para enriquecer tu vida.

Cuando envidiamos a otros por lo que son capaces de alcanzar, nuestros propios únicos talentos se pierden. En lugar de eso, vemos nuestros talentos ignorados y enterrados en otros y sentimos que de alguna manera aquellos que los poseen han tomado los talentos de nosotros.

Miren todos tenemos dentro de nosotros nuestra sombrita llena de mucha sabiduría, valor, entusiasmo, creatividad, conocimiento, sustancia, fortaleza tal y como las envidiamos en las otras personas.

Los siguientes ejercicios te ayudarán a alcanzar tu potencial porque al integrarlos y renocerlos te van a ayudar a alcanzar lo que tanto anhelas.

1. En una página o en tu diario, haz una lista de las cualidades que más admiras en otras personas (por ejemplo, belleza, talento, ambición, etc)

Aún cuando no creas que las puedas poseer son parte de ti. No importa que tan enterradas estén o que no las hayas desarrollado, están escondidas en algún lugar dentro de ti.

2.Haz una lista de las cualidades que más admiras de tu pareja actual. Si no estás en una relación, las que admirabas en tu anterior relación o en los hombres o mujeres que más te atraen.

3. Date crédito por sus atributos positivos. 
Las mujeres tienden a ser más modestas que los hombres. Es muchísimas familias se considera inapropiado que alguna mujer reconozca sus logros o reconocer como se ve, en cambio a los hombres se les anima desde niños a reconocer y desarrollar sus talentos.



  • En una página o en tu diario, haz una lista de cinco de tus características positivas, aquellos atributos de los cuales te sientes muy orgullosa.

  • Si no puedes pensar en cinco cosas, continua pensando y observando hasta que puedas. Si, después de una semana, no te salen los cinco atributos, entonces pídele a un amigo que te digas cuales son tus valores y que es lo que admira más en ti. Encontes vea si estás de acuerdo y anótalas en tu lista. Si aún así tampoco reconoces cinco cualidades en ti, trabaja con lo que tienes ahora. Tal vez, a medida que vayas trabajando en tus talentos positivos, puedas ser capaz de encontrar cinco cualidades o tal vez más.

  • Escribe cinco cualidades positivas en una tarjetita y colocalo en un lugar donde puedas verla a menudo. Enfrente del servicio de baño, o en el espejo, o en al mesita de noche o en cerca del volante del carro.

  • Haz una pausa durante el día y lee nuevamente la lista de las cinco cualidades. Empieza respirando profundamente. Ahora leela en voz alta haciendo una respiración profunda en cada una. Al hacer esto vas a confirmar y reconocer los aspectos positivos. No esperes que sea de un día a otro, pero con el tiempo será parte de tu conciencia, especialmente si ya no te criticas más dándole la contraria a tus cualidades.

  • Por último no te compares más con los demás. Cuando lo hacemos terminamos peor con "el menos que" o "el mejor que".
          Con Afecto,
          Andres Guzmán  

domingo, 17 de abril de 2011

Decisiones para tu vida, vamos triunfadores.

Muchas cosas de las que hoy te afectan, como el entorno y los cambios de los que estás siendo partícipe, están fuera de tu control. Pero afortunadamente, no importa las circunstancias en las que te encuentres, tienes varias cosas de las que puedes adueñarte y tomar control.


Me refiero particularmente a lo que realmente determina cómo te sientes en este momento ante tus problemas y retos. Estoy hablando de tu actitud. Es decir, de cómo tú eliges responder ante las circunstancias y quién decides ser ante el cambio.


Es tu actitud la que puede aumentar o reducir tu estrés de manera profunda.
Si bien darse un masaje o hacer ejercicios -o incluso el amor- son excelentes antídotos contra el estrés, si no son acompañados por un cambio de actitud apenas llegan a tener un efecto temporal.


¿Cómo te adueñas de tu actitud? A continuación te ofrezco ocho simples pero poderosas decisiones para tomar control sobre tus respuestas ante lo que te sucede, reducir significativamente tu estrés y aumentar tu capacidad para manejar el cambio.


Primera decisión:
En vez de resistir… Yo Acepto

Acepta lo fáctico, lo que es un hecho. Hay circunstancias que, por más que te esfuerces, no puedes cambiar -al menos no tan rápido como te gustaría. En ocasiones el cambio, aunque no te guste, es un hecho.
Tu estrés aumenta cuando resistes lo que te sucede. Al resistir le das poder a aquello que estás resistiendo. Al aceptar y soltar tu resistencia recuperas tu poder y puedes sentirte mejor.


En este instante en tu vida, en tu trabajo ¿qué es importante aceptar? ¿Qué puedes dejar de resistir?


Que quede claro: no estoy sugiriendo que te resignes. Tú puedes aceptar las circunstancias actuales -simplemente por el hecho de que en este momento, son esas las circunstancias- y a la vez elegir cambiar lo que está en ti modificar.


Segunda decisión:
En vez de resignarme… Yo aprovecho

Así como es importante aceptar lo fáctico también es fundamental aceptar tus posibilidades de acción inmediata y transformación a futuro. Esto es lo que hace la diferencia entre la resignación y la ambición activa por una mejor situación.


Aprovecha lo que sí está en tus manos hacer, lo que tú sí puedes controlar, aquello en lo cuál sí tienes injerencia y te es posible llevar a cabo.
¿Qué oportunidades puedes aprovechar?


Cuando identificas tus oportunidades y actúas para aprovecharlas, te alejas de la ansiedad producida por la sensación de estar fuera de control. En vez de sentirte al efecto pasas a experimentarte como causa.
Así que ponte en movimiento y decide aprovechar lo que sí está en ti lograr.


Tercera decisión:
En vez de evadir… Yo Asumo

¿Qué de lo que te afecta tiene que ver contigo?
Cuando las cosas no son como las quisiéramos es muy fácil apuntar hacia afuera y buscar un culpable. El reto-y la esencia de la madurez-está en asumir lo que es tuyo: la forma en que tú has contribuido a lo que hoy sucede y la oportunidad que tienes para cambiar las cosas.


Si evades tu responsabilidad, niegas tu poder y tu capacidad para aprender. Cuando asumes lo que te corresponde te adueañas de tu poder al momento que tomas consciencia sobre lo que puedes aprender y mejorar.


Cuarta decisión:
En vez de sólo desear… Yo Me Comprometo

La única forma de obtener resultados diferentes es haciendo cosas distintas. Desear algo mejor es necesario, pero no es suficiente. El deseo debes acompañarlo con el compromiso de hacer lo que haga falta hacer para mejorar tus circunstancias.


¿Qué vas a cambiar para lograr sentirte mejor?
Tus hábitos cotidianos pueden reforzar tu energía y debilitar tu estrés. En este sentido, algunos cambios simples pueden hacer gran diferencia.


Por ejemplo, si eres de los que diariamente te sometes a una intensa dieta mediática, qué tal si eliges leer menos la prensa diaria y evitar el maratón de los noticieros nocturnos en televisión justo antes de acostarte. Te apuesto algo: el mundo no va a cambiar porque tú dejes de ver, escuchar y leer noticias; pero tú salud mental sí puede beneficiarse enormemente de una adecuada dieta mediática.


¿A qué simples cambios te comprometes para lograr lo que necesitas para sentirte mejor?


¿Qué hábitos constructivos y positivos puedes incorporar en tu vida?


Quinta decisión:
En vez de preocuparme… Yo Me Ocupo

El antídoto para tus preocupaciones: ocúpate; ponte en acción; muévete hacia lo que quieres y está en ti lograr.


Hay situaciones que definitivamente escapan de nuestro control. Hagamos lo que hagamos, ni siquiera podemos influir sobre ellas. Entonces, ¿qué caso tiene preocuparte por aquello que escapa de ti?


¿Algo te preocupa? ¿Está en ti hacer algo al respecto? Entonces ponte en acción; de lo contrario, acepta que eso escapa de tu esfera de influencia y decide soltarlo para hacerte cargo de las oportunidades que sí puedes aprovechar.
Quizá no puedas cambiar tus circunstancias en este momento. Pero sí puedes elegir una actitud que te permita aceptar lo que es, aprovechar lo que es posible, comprometerte a lograr lo que quieres y ponerte en acción.


Sexta decisión:
En vez de olvidarme de lo que tengo… Yo Agradezco

Cuando los niveles de estrés se incrementan y te encuentras rodeado de cambios y nuevos desafíos, es normal que pierdas perspectiva y te desconectes de lo que tienes. En medio del caos corres el peligro de dar por sentado y olvidarte de lo que realmente llena tu vida y constituye tus éxitos y fortalezas.
¿De cuántas cosas podrías estar agradecido en tu vida?


La gratitud es un excelente antídoto ante las sensaciones de desesperanza, ya que te permiten conectarte con la abundancia y magia de tu vida. El agradecer te permite enfocarte en lo que tienes -para continuar avanzando hacia tu éxito y plenitud- en vez de aquello que te hace falta.


En la gratitud los miedos se desvanecen ya que te das cuenta de que has recibido y tienes más de lo que creías. Conéctate con ella y no olvides los miles de regalos que has disfrutado en forma de experiencias, amistades, aprendizajes, momentos, oportunidades, amores. talentos, fortalezas, conocimientos.
¿Qué podrías agradecerle a la vida en este momento?


Séptima decisión:
En vez de desconfiar… Yo confío

¿Estás eligiendo creer que tus problemas son más grandes que tú o que tú eres más grande que ellos?


¿Crees que tus circunstancias negativas son permanentes o sabiamente eliges creer que todo se mueve en ciclos y que después del invierno viene la primavera?
¿Estás pensando que estás al efecto de las circunstancias o sabes que tú tienes el control para adueñarte de tu capacidad para salir adelante?
¿No te sientes seguro de quienes te acompañan o decides confiar en el carácter y la capacidad del otro?
Confiar o no confiar. La decisión es tuya.


Octava decisión:
En vez de visualizar en negativo… Yo Apuesto a Ganar

Como decía Henry Ford, "si crees que puedes o crees que no puedes, estás en lo cierto". En ti está elegir conscientemente apostarle a tu éxito y tener fe en que todo lo que sucede es lo mejor.


El miedo se alimenta de una proyección mental catastrófica de lo que puede sucede. Esa misma energía y talento para visualizar en negativo puedes enfocar en lo que realmente deseas: el éxito.


No es simple pensamiento positivo. No es pretender ingenuamente que todo va a salir bien por el simple hecho de pensar que así va a ser. Apuesta es la octava decisión. Ya aceptaste la realidad. También identificaste lo que puedes aprovechar de las circunstancias. Además has asumido tu responsabilidad en el proceso.Estás comprometido a la acción y estás ocupándote de lo que es posible.


Conectado con la gratitud por lo que ya tienes, decides confiar en ti, en el otro y en el proceso.
Ya lo que queda es apostar a ganar… y llevar tus decisiones a la acción.


Con Afecto mis queridos amigos.
Andres Guzmán.

miércoles, 13 de abril de 2011

Persevera y triunfaras, dice el dicho.

Como muchos de nosotros  comentamos con amigos, familiares, compañeros, sabemos que la situación cada día se hace mas dura, el dinero no alcanza, todo sube, y en las empresas se vive una incertidumbre por sus bajas ventas, las cuales son las que nos dan de comer a muchos.


 El día de ayer presencié una situación difícil en una empresa en donde la crisis  está causando estragos.

Al regresar a mi casa estaba un poco preocupado por la situación. Cuando vino a mi mente un pensamiento. ¡Bueno pues si en psicología se manejan las crisis como una oportunidad de crecimiento! ¿Porqué no vivirlo así? Pienso que como en la naturaleza existe la selección natural.

En la vida también de alguna manera es así. Con la competencia sobreviven los negocios más fuertes o los más astutos y creativos, los que más se adaptan a los cambios, más que vivir con miedo con todas esas situaciones que comentamos podríamos vivirla como un reto. Un reto para ser creativos.

La Técnica de Resolución de Problemas podría ser de mucha ayuda.

La resolución de problemas ayuda a reducir los pensamientos negativos y a centrar la atención más que en el problema en las soluciones.

Hay diferentes versiones de la técnica. Yo les comparto cuento una.

Si usas lápiz y papel mucho mejor.

1- Especifica el problema. (Clarifica ideas, delimita el problema)


2-Busca todas las posibles soluciones que se te ocurran y anótalas. 


3- Hacer una lista de los pros y contras de esas posibles soluciones.


4.- Ordenar las soluciones anotando en primer lugar la que tiene más ventajas que desventajas y así sucesivamente. 


5.- Hacer una lista de los recursos con los que cuentas. 


6.- Anotar todos los apoyos con los que cuentas ya sea de personas como familia, amigos, conocidos etc. o Institucionales ya sea públicas o privadas. ( EMPRESAS PRIVADAS, ASOCIACIONES , PROGRAMAS DE GOBIERNO ETC.) Investiga y te darás cuenta de todas las opciones que hay !mucho más de lo que te imaginas! 


7.- Toma acción . Echa a andar el plan que realizaste y valora los resultados. En algún curso escuché sobre el síndrome del zopilote estreñido “Planea y Planea y nunca obra” Tomar acción evita este síndrome.

Recuerda que es muy importante tener paciencia; no siempre se ven los resultados a la primera.



Pero siempre que siembras y riegas lo sembrado tarde o temprano cosecharás. (Cuida sembrar en tierra fértil) 

Cuando tomas acción te vuelves protagonista de tu historia. Guías tu barca hacia un destino; tal vez no llegues a las Indias pero es posible que descubras un mundo diferente del que tú esperabas.

Y para terminar comparto una frase que me compartió una amigo !EL MUNDO ES DE LOS PERSEVERANTES, NO DE LOS INTELIGENTES, PERSEVERAAAAAAA!

Afirmación: Soy un triunfador porque persevero. 



Espero les sirva de mucho.
Con afecto, 
Andres Guzmán.











Aprende de los fracasos.

Hay personas que se hunden ante el primer fracaso, sin saber que, es precisamente gracias a estos reveses, como se aprende en la vida. Hay que pensar que, cada vez que fracasamos, más cerca estamos de la meta que nos hemos propuesto.

Aprender de los fracasos

- Un buen ejemplo de cómo encajar bien los fracasos lo tenemos en Edison. El inventor de la bombilla tuvo que recorrer un largo camino antes de conseguir su objetivo. Cuando un periodista le preguntó cómo se sentía después de haber fracasado 25.000 veces en la intención de crear una bombilla, Edison le contestó: “No sé por qué le llama fracaso. Ahora conozco 25.000 formas distintas de no hacer una bombilla”.

- Tomar una actitud positiva, por lo tanto, es primordial para conseguir nuestros objetivos. Hay que tener en cuenta que el camino hacia el éxito suele ser largo, además de requerir un gran esfuerzo por nuestra parte. Si tenemos una buena actitud y evitamos hundirnos ante el primer contratiempo, llegaremos mucho más lejos.

- Evita pensamientos como “soy un desastre” y sustitúyelos por ideas como “lo conseguiré la próxima vez”. No te centres en aspectos negativos ni saques conclusiones precipitadas. Ten iniciativa y busca una solución creativa para superar aquello que te limita.



Un abrazo

domingo, 10 de abril de 2011

Puedo ser Feliz?

Al abrir los ojos por la mañana, di a ti mismo:

¡Qué maravilloso es estar con vida!

Este día me debe ir mucho mejor que ayer.

Nunca olvides que tu controlas tu vida. Convéncete: "Yo estoy a cargo de lo que me pase, yo soy el único responsable"

Alégrate cuando te dirijas a tu trabajo. Siéntete feliz de contar con un empleo en estos tiempos de crisis económica.

Aprovecha al maximo tus ratos de ocio. No te sientes ni empieces a flojear cuando puedes estar divierténdote o disfrutando de algun pasatiempo.

No te dejes agobiar por tus problemas económicos. Para los más de nosotros, que no podemos darnos el lujo de de ser extravagantes, sencillamente ahorrar dinero para adquirir un artículo caro, puede darnos un sentimiento de gran satisfacción.

No te compares con los demás, la gente que lo hace tiende ala melancolía.

Sé menos crítico. Acepta tus limitaciones y las de tus amigos. Concéntrate en tus habilidades y las de ellos.

Mejora tu sentido del humor. No te tomes demasiado en serio, trata de encontrarle el lado humorístico a los momentos de adversidad.

Toma tu tiempo. No trates de hacerlo todo a la vez. Sonríe más a menudo, a más gente.

¡Felicidades!

El tiempo te obsequia un libro en blanco. Lo que en el escribas será de tu propia inspiración. De ti depende elegir la tinta del arcoiris de la dicha, o la gris y opaca del desaliento y la amargura, las palabras dulces y hermosas del lenguaje del amor o el relato tenebroso y destructor del odio.

¿Qué escribirás amigo, en cada día que falta por llenar? 



Sigue adelante querido amigo se un luchador mas por tu felicidad.
Con afecto,
Andres Guzmán.



sábado, 2 de abril de 2011

Lucha por lo que quieres.

Hola amigos, hoy quiero compartirles algo que me encontré y me puso a reflexionar, se trata de  una tarjeta que me dieron cuando estuve enfermo con mi padecimiento de cáncer y dice así:

Si quieres algo lucha por el, no esperes a que alguien te lo de.

Me puse a reflexionar sobre lo que dice:
Es muy cierto, por que esperar que nos llegue del cielo o que por arte de magia nos den lo que queremos, si queremos alcanzar nuestro objetivo, hay que prepararnos, y luchar por alcanzar nuestro objetivo, esto nos ayudara también a crecer como persona.
Permitame dar un ejemplo, si queremos un pescado, podemos esperar a que alguien nos lo de y  ¿si nadie me lo da?, o podemos aprender a pescar y luego luchar por conseguir el pescado, esto nos ayudaría a obtener el pescado, y desarrollar habilidades nuevas en nosotros, y poder pescar cada vez que queramos.
Pero sobre todo nos ayuda a fomentar el auto estima, y nos enseña que podemos alcanzar nuestros objetivos, por medio de nuestro esfuerzo y sacrificio.
También es muy cierto que cuando uno desea algo lucha y saca fuerzas de flaquezas, con tal de lograr su objetivo o meta. Es bajo esta perspectiva que uno debe de ponerse una meta o sueño, y seguir luchando y no rendirse, dado que como todos sabemos , siempre en el camino nos encontraremos con problemas y dificultades.
Pero es el espíritu luchador el que nos mantiene en pie y nos permite ser constantes para alcanzar nuestra meta y sueño. Que satisfacción se siente cuando uno alcanza ese sueño o meta.
Cuando se quiere algo hay que dar lo mejor de nosotros para poder alcanzar esa meta o sueño, hay que luchar, pero siempre teniendo bien claro nuestros valores, principios y la Palabra de Dios.
Nunca hay que pasar sobre la dignidad de otra persona, con tal de alcanzar nuestro sueño, meta u objetivo. Hay que recordad la regla de oro “Trata a tu prójimo , como te gustaría que te traten a Ti”.
Un abrazo mis amigos, 
Con Afecto 
Andres Guzmán

viernes, 1 de abril de 2011

Somos lo que decimos ser?

Los cambios no se consiguen simplemente a base de presiones externas, sino desde el interior de cada uno. Confucio estuvo inspirado al explicar algo sencillo y válido para todos los tiempos: uno de los grandes problemas de la humanidad surge cuando no somos lo que decimos ser, cuando no vivimos según lo que significa nuestro nombre.
alt

¿Qué significa ser político? Trabajar por la ciudad o por el estado. ¿Y médico? Buscar la salud y la atención debida a los enfermos. ¿Y arquitecto? Proyectar edificios resistentes y adecuados para la vida de las personas. ¿Y profesor? Enseñar a los alumnos a encontrar la verdad y a vivir las virtudes. ¿Y policía? Velar por el orden público. ¿Y padre o madre de familia? Cuidar a los hijos y orientarlos hacia el buen camino.

Los significados están más o menos claros para muchas profesiones y para muchas dimensiones familiares o sociales. Para otras no hay claridad, o existen opiniones contrastadas: no resulta fácil definir correctamente lo que hace un psicólogo, o la finalidad propia de un literato.

En los casos en que el significado es claro, las dificultades inician cuando uno no es lo que debería ser. El desorden radica en pervertir el propio nombre, en decirse una cosa y actuar de otra manera, en engañar y desorientar a quienes buscan ayuda en quien debería ofrecerla y no lo hace.

Por eso la “solución” propuesta por Confucio parece atractiva: hay que poner en marcha una “rectificación de los nombres”. Es decir, hay que buscar caminos concretos para que cada quien sea lo que su nombre indica.

Esto vale, desde luego, sólo para los casos en los que los nombres son buenos. No tiene sentido pedirle al ladrón que sea lo que su nombre indica. Lo que sí es urgente es exigir al político que nunca sea ladrón, sino que trabaje siempre como un auténtico promotor del bien común.

¿Así de sencillo? Quizá Confucio dio con parte de la solución, pero dejó de lado un punto importante: los cambios no se consiguen simplemente a base de presiones externas, sino desde el interior de cada uno.

Sólo cuando quitamos ambiciones, envidias, odios y perezas que nos apartan de los deberes buenos y nos llevan a distorsiones malignas, podremos empezar a ser no sólo lo que nombres de profesiones honestas indican, sino algo mucho más noble y bello: seres humanos dispuestos a vivir en todo momento según la verdad, la justicia y el bien verdadero.
Con afecto Andres Guzmán.