Lo que hacemos en la vida tiene eco en la eternidad

sábado, 29 de septiembre de 2012

Vivimos para ser aceptados por los demás?




Realidad o Ficción  me decía un colega un día de estos que conversábamos sobre este tema, yo le comentaba que vivimos en una sociedad en la que lo más importante es ser aceptados por los demás, ser como quieren que seamos, pero hasta dónde somos capaces de llegar para conseguirlo y si no lo conseguimos qué ocurre. Es de esto que quiero escribirles y porque no... tener sus apreciaciones.

Voy tratar sobre como los jóvenes, generalmente, hacen cosas obligados por la sociedad que nos rodea sin de verdad querer hacerlas. Me voy a centrar sobre todo en nuestra forma de vestir, de arreglarnos, del alcohol, las drogas, de cómo se margina a la gente por no ser como quieren que sea y de los abusos a los que son sometidos (un tema muy de actualidad sobre todo en los colegios).

Hablo sobre estos temas porque no estoy muy cómodo en la sociedad en la que vivo, porque creo que se basa en la hipocresía y las apariencias, porque no nos paramos a conocer el corazón de las cosas o las personas, porque se juzga a las personas por su forma de vestir, por su aspecto físico o por  tener una buena economía ¡hasta dónde vamos a llegar!, hay momentos en los que me gustaría que fuéramos ciegos y así podríamos disfrutar de todas las cosas bellas que el mundo de las apariencias nos priva.

He cogido la obra de Quevedo, que  es un escritor digno de mi admiración,  por la actitud  que ofrece sobre su sociedad, una actitud tan crítica que no puede entenderse como realista sino como una reflexión amarga sobre el mundo y como un desafío estilístico sobre las posibilidades del género y del idioma. Porque él al igual que yo se rebela ante la sociedad.

He cogido el artículo de Muñoz Molina ya que nos hace reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos, en la forma de divertirse de los jóvenes y de los no tan jóvenes  en su artículo nos habla del alcohol, de sus causas físicas, psicológicas y sobre todo sociales.

Cómo ha sido la sociedad.

 Hasta hace muy poco hemos vivido en una sociedad que se dividía en privilegiados y no privilegiados, en la que nobleza y clero disfrutaban de comodidades, de tierras…mientras que los pecheros solo tenían derecho a trabajar. Desde hace siglos se divide la sociedad entre pobres y ricos, blancos o negros…

  Y cómo es ahora

Por suerte vivimos en pleno siglo XXI en una sociedad en la que se supone que no hay clases sociales, que todos somos iguales, ahora hay igualdad entre hombres y mujeres, blancos y negros, pobres y ricos, que todos tenemos los mismos derechos, ¿o no?  Tenemos que preguntarnos si acaso no despreciamos a aquellos que no son como nosotros, que no actúan como nosotros, etc.

Entonces por qué nos empeñamos en hacer una clasificación, en despreciar a los demás por no llevar ropa de marca, por no tener un coche impresionante… Hasta dónde va a llegar esta situación es que no nos damos cuenta, cuántos niños o niñas tendrán que seguir derramando lágrimas porque sus compañeros se meten con ellos, porque no les gustaba su abrigo, , cualquier causa es buena para molestarles y hacerles daño.
 Cómo actuamos ante esta situación, simplemente intentamos ser lo quieren que seamos, hacer lo que ellos hacen o quieren que hagamos.

Las apariencias.

Por la calle ves a las mujeres que hasta para ir a comprar van muy bien maquilladas, todo a juego, muy bien peinadas, los hombres van al gimnasio, se compran buenos coches, ropa de marca, ¿y para qué?, ¿para estar más guapa o guapo?

Cuánto tiempo tendrá que pasar para que tengamos que dejar de ser esclavos de nuestra apariencia. ¿Es que acaso la persona no es bella por ser persona?

Es por ello que les invito a leer el fragmento de  Quevedo en donde habla de hipocresia, no lo escribo en esta nota debido a que es  bastante largo pero se los recomiendo que lo busquen, ese fragmento se escribió entre 1606 y 1621, si comparamos la sociedad que describe Quevedo nos podemos dar cuenta que en cuatro siglos la sociedad no ha cambiado prácticamente nada. Las mujeres que se arreglan para “despertar sensaciones” y los hombres solo ven la hermosura externa de la mujer.

La crueldad de la sociedad

Otro tema muy de actualidad es el desprecio entre niños, que no siempre acaba bien, pues cuantos niños deciden suicidarse porque sus compañeros lo acosan o lo desprecian. ¿Y por qué lo acosan?, por ser “diferente”, generalmente.

Debemos meternos en la situación de este niño y ver qué se siente solo porque nadie se quiere juntar con él, se siente insignificante, maltratado por la sociedad y lo peor es que no sólo lo desprecien, sino que le insulten, o peguen, hasta que no pueda más y acabe suicidándose.
Pero la sociedad es muy hipócrita  porque hay casos en que este niño al que han insultado, marginado… les hace falta y entonces no dudan en ir a buscarlo, en pedirle ayuda y darle su amistad.

El alcohol y las drogas.

Es muy común que  lo jóvenes tomen alcohol, pero porqué lo hacen, esta claro que no siempre porque les gusta, sino porque olvidarnos de algo que nos angustia y sobre todo porque como mis amigos beben yo porque no me dejen de lado o no me digan cobarde bebo, o porque somos tímidos y sólo tomando somos capaces de vencer nuestra timidez. Mil razones nos llevan a beber, pero es la sociedad la que más nos empuja a no sólo beber sino que buscamos algo más fuerte como las drogas.

Siempre que hablamos de drogas pensamos en los que las toman y decimos ¡que lástima, que se están destrozando la vida! Pero tenemos que preguntarnos si sólo ellos son ellos que se destrozan o son ellos los que destrozan, ellos destrozan a sus familiares, a sus amigos, incluso se atreven a despreciar a los que no las toman, ¡son unos tontos, pues no saben lo que se pierden! Y muchos “tontos” aceptan tomarlas por miedo a ser discriminados o señalados. Y no se dan cuenta que el sujeto capaz de decir que no se prueba como sujeto responsable.

En mi humilde opinión como padre, y consultor es que la sociedad nos obliga a ser como somos, con el tiempo nos va moldeando nuestro carácter, nuestra personalidad, hasta nuestra forma de pensar. La gente que nos rodea, el entorno nos influye, y mucho.
La sociedad en que vivimos se basa en aparentar ser, en  parecer ser más que. Y no aprovechamos que podríamos vivir siendo todos iguales, ya que nuestra monarquía no  nos establece una jerarquía, una división ¿Por qué la hacemos nosotros?

Gracias a todos por seguir mis notas, y realizar una breve reflexión de lo que vivimos realmente.

Un fragmento de “El mundo de por dentro”, incluido en la obra “Sueños” de Quevedo. Colección: Clásicos de la literatura española”. para que puedan leer el fragmento que les indique anteriormente.

Con Afecto, 
Andres Guzman 
Consultor DH ONU 

viernes, 21 de septiembre de 2012

Los Derechos humanos y la ONU


El concepto de derechos humanos precede en el tiempo a las Naciones Unidas; sin embargo, fue necesaria la fundación de este organismo para que la idea obtuviera reconocimiento formal y universalmente.
A lo largo del siglo XX, la comunidad internacional ha experimentado una expansión y unos cambios radicales. Un acontecimiento concreto, -la Segunda Guerra Mundial-, impulsó a los vencedores a establecer un foro, en primer lugar para debatir algunas consecuencias de la Guerra pero fundamentalmente para impedir que los horribles sucesos que acababan de tener lugar no se repitieran en el futuro. Este foro son las Naciones Unidas
Los fundadores de las Naciones Unidas reaccionaron frente a los horrores de la Segunda Guerra Mundial haciendo hincapié en los derechos humanos a la hora de redactar la Carta. En la Conferencia de San Francisco, en la que la Carta fue aprobada, cuarenta organizaciones no gubernamentales presionaron a los delegados y consiguieron que se prestara considerable atención a los derechos humanos.
La Carta de las Naciones Unidas se firmó el 26 de Junio de 1945. En ella se establece que el principal objetivo de la nueva organización es "preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra" y " reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre". El Artículo 1 señala que una de las metas de las Naciones Unidas es alcanzar una cooperación internacional "en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión".
Los Artículos de la Carta tienen el valor de legislación internacional positiva ya que la Carta es un tratado y por lo tanto un documento vinculante. Todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas deben cumplir de buena fe las obligaciones que han contraído a través de la Carta, incluyendo la de fomentar el respeto de los derechos humanos y la de cooperar con las Naciones Unidas y con otras naciones para alcanzar este fin. Sin embargo, la Carta no fija unos determinados derechos ni tampoco maneras de aplicarlos en los Estados Miembros.
En 1946, la ONU estableció la Comisión de Derechos Humanos, el principal órgano normativo en cuanto a derechos humanos dentro del sistema de la ONU.

Bajo la presidencia de Eleanor Roosevelt (EEUU), activista en favor de los derechos humanos y viuda del antiguo presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, la Comisión se encargó de definir los derechos y las libertades básicas. En esta tarea resultaron decisivas las aportaciones de René Cassin (Francia), Charles Malik (Líbano), Peng Chun Chang (China), Hernán Santa Cruz (Chile), Alexandre Bogomolov/Alexei Pavlov (Unión Soviética), Lord Dukeston/Geoffrey Wilson (Reino Unido), William Hodgson (Australia) y John Humphrey (Canadá).
Compuesta originalmente por 18 Estados Miembros, la Comisión de Derechos Humanos cuenta hoy con 53 miembros que se reúnen anualmente en Ginebra para analizar asuntos relativos a los derechos humanos, desarrollar y codificar nuevas normas internacionales y realizar recomendaciones a los Gobiernos. Por su parte, las organizaciones no gubernamentales desempeñan también un papel activo.
Tras largas consideraciones y 1.400 rondas de votaciones sobre prácticamente cada palabra y cada cláusula, la Asamblea General aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948 en París en el entonces recientemente construido Palais de Chaillot.
La Declaración, que expresa de forma clara los derechos individuales y las libertades de todos, carece de precedentes. Constituye el pilar de la legislación del siglo XX sobre derechos humanos y el punto de referencia para el movimiento a favor de los derechos humanos universales.
La Declaración Universal se fundamenta en el principio básico de que los derechos humanos emanan de la dignidad inherente a cada persona. Esta dignidad y el derecho a la libertad y la igualdad que de ella se derivan son innegables.
Aunque la Declaración no tiene el carácter políticamente obligatorio de un tratado, sí goza de una aceptación universal. Muchos países citan la Declaración o incluyen disposiciones de ésta en su legislación fundamental o en sus constituciones. Y numerosos pactos, tratados y convenciones alcanzados después de 1948 la han tomado como punto de partida.
Las Naciones Unidas se esfuerzan por crear una cultura de derechos humanos en todo el mundo. Los acuerdos legalmente vinculantes más amplios que se han negociado bajo los auspicios de la ONU son el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Ambos textos se aprobaron en 1966 y entraron en vigor en 1976. Puesto que sus disposiciones tienen carácter políticamente obligatorio, esto supone un paso hacia delante para la Declaración. La mayoría de los países son partes en las dos Convenciones lo que facilita la supervisión internacional de la práctica de los derechos humanos.
Además de la Declaración Universal, los Pactos incluyen la Carta Internacional de los Derechos Humanos, que define los derechos y las libertades mencionados en la Carta fundacional.
Su redacción corrió a cargo de la Comisión de Derechos Humanos, establecida en 1945. El 10 de diciembre de 1948 se logró un enorme avance en la elaboración de la Carta Internacional de los Derechos Humanos, en el momento en que la Asamblea General proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos como "ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse".
Desde que la Declaración Universal se convirtió en legislación internacional, se han establecido muchas otras convenciones y organismos especializados con el fin de supervisar y alcanzar unos niveles en el cumplimiento de los derechos humanos en asuntos concretos como los derechos de los refugiados, de los trabajadores y de los niños. Gran parte de la labor de las Naciones Unidas se basa en los principios fundamentales de los derechos humanos expresados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Entre los mayores logros de las Naciones Unidas se cuenta el de haber establecido un cuerpo inclusivo de legislación sobre derechos humanos. Por primera vez en la historia existe un código universal de derechos humanos que todas las naciones pueden suscribir y al que pueden aspirar todos los pueblos.
Desde 1948, se han negociado en las Naciones Unidas cerca de 60 tratados y declaraciones sobre derechos humanos. Entre ellos figuran:

1948: Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio
1961: Convención sobre el Estatuto de los Refugiados
1965: Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial
1979: Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
1984: Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes
1989: Convención sobre los Derechos del Niño
1990: Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familias
Dentro del sistema de la ONU, existen seis comités que supervisan el cumplimiento de los distintos tratados por parte de los Estados partes:

El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial
El Comité de Derechos Humanos
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
El Comité contra la Tortura
El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer
El Comité de los Derechos del Niño
El 20 de diciembre de 1993, tras casi 50 años de esperanzas frustradas, la Asamblea General votó unánimemente a favor de crear el puesto de Alto Comisario para los Derechos Humanos, que coordina el programa de la ONU sobre derechos humanos y fomenta el respeto universal hacia éstos. Nombrado por el Secretario General y aprobado el nombramiento por la Asamblea General, el primer Alto Comisionado fue José Ayala-Lasso de Ecuador, quien comenzó a desempeñar su cargo el 5 de Abril de 1994. La actual Alta Comisaria, Mary Robinson, antigua presidente de Irlanda, entró en funciones el 12 de septiembre de 1997.
En la década de los noventa, las Naciones Unidas asistieron a un aumento significativo en el número de actividades relacionadas con los derechos humanos en las operaciones de campo. Según las exigencias de la situación, estas actividades incluían el control de violaciones de derechos humanos, la educación, la formación y otros servicios de asesoramiento.
Actualmente, dichas operaciones se están llevando a cabo en Abkhazia/Georgia, Burundi, Cambodia, Colombia, Gaza, Guatemala, Haití, Malawi, Mongolia, la República Democrática del Congo, Rwanda y la antigua Yugoslavia.
Desde 1945, las organizaciones no gubernamentales han contribuido de manera decisiva a la obra de las Naciones Unidas en relación con los derechos humanos, como fuentes de información y como impulso para auténticos cambios.
En 1968, las Naciones Unidas celebraron la primera Conferencia Internacional sobre Derechos Humanos en Teherán (Irán). La Proclamación de la Conferencia puso de relieve el vínculo entre derechos civiles y políticos y los derechos económicos, sociales y culturales.
Veinticinco años después, en 1993, las Naciones Unidas organizaron la Conferencia sobre Derechos Humanos, en Viena (Austria). La Declaración de Viena y el Programa de Acción subrayan la naturaleza universal de los derechos humanos y la necesidad de luchar contra todas las formas de racismo, discriminación, xenofobia e intolerancia. Igualmente destacan los derechos de las mujeres, los niños, las minorías y los pueblos indígenas.
Se espera que la Conferencia de Roma en Junio de 1998 dé lugar a la creación de un tribunal penal internacional que sería una pieza clave dentro de un nuevo sistema de protección internacional de los derechos humanos.
Durante casi medio siglo, las Naciones Unidas han reconocido la necesidad de establecer un tribunal penal internacional para juzgar y castigar personas responsables de crímenes contra la humanidad. En su defecto, se han creado dos tribunales penales especiales para juzgar los crímenes de guerra cometidos en la antigua Yugoslavia y en Rwanda.
La Resolución de la Asamblea General 49/1834 del 23 de diciembre de 1994 declara el período de diez años que comienza el 1 de enero de 1995 "el Decenio de las Naciones Unidas para la Educación en los Derechos Humanos". La resolución establece que "la educación en la esfera de los derechos humanos debe abarcar más que el mero suministro de información y constituir en cambio un proceso amplio que dure toda la vida, por el cual los individuos, cualquiera sea su nivel de desarrollo y la sociedad en que vivan, aprendan a respetar la dignidad de los demás y los medios y métodos para garantizar ese respeto, en todas las sociedades".
Una mayor atención internacional, favorecida por los medios de comunicación, ha destacado lo urgente del respeto por los derechos humanos. Miles de personas y grupos ciudadanos en todo el mundo están luchando por sus derechos y sus libertades. El trabajo de las Naciones Unidas en este campo está lejos de concluir. Todavía hay millones de personas en el mundo cuyos derechos y libertades fundamentales son atacados o suprimidos: tortura, violación, sistemas judiciales corruptos, la servidumbre, hambre, falta de servicios sanitarios, de vivienda, de higiene y de agua. ¿Llegará a existir una cultura global de derechos humanos?
La búsqueda global de un compromiso con la Declaración Universal de los Derechos Humanos afecta a todos. Esta campaña se apoya en miles de personas entregadas y de grupos de ciudadanos que arriesgan su vida por la causa. Una mayor implicación en la defensa de los derechos humanos contribuye a crear un entorno en el que la libertad y la dignidad se presuponen y se respetan. Depende de cada uno de nosotros, desde Presidentes y Primeros Ministros hasta directivos de empresa, granjeros y estudiantes, el avanzar hacia este sueño.

martes, 18 de septiembre de 2012

Vivamos el Presente



¿Por qué te preocupas de tantas cosas?
¿Por qué llevas el peso de un ayer que lamentas, si ya no está en tus manos?
¿Por qué te angustia el temor de un mañana?
Dale a cada día su afán.
El ayer... pasó.
El mañana.... no llegó.
No te aferres al pasado, ni a los recuerdos tristes.
No reabras la herida que ya cicatrizó.
No revivas los dolores y sufrimientos antiguos.
Lo que pasó, pasó...
De ahora en adelante, pon tus fuerzas en construir una vida nueva, orientada hacia lo alto y camina de frente, sin mirar hacia atrás.
Haz como el sol que nace cada día, sin pensar en la noche que pasó.
Vive bien el hoy que tienes en tus manos.
Deja el ayer que te atormenta.
Deja el mañana que te inquieta.
Piensa únicamente en que dispones de hoy.
¡Aprovéchalo!
¡Agradécelo!
Piensa que hoy, es tu día.
Con ayer no cuentas, con mañana tampoco.
Para luchar.... Para vencer.... Para reparar.... Para amar.... cuentas con hoy.
Si te preocupas por cosas que ya pasaron y acerca de las cuales nada puedes hacer, mentalmente te encuentras ligado a un pasado que te lastima.
Los recuerdos desgastan la energía que tenemos disponible para vivir el presente.
Por otra parte, las angustias ocasionadas por hechos que todavía no acontecieron, que se encuentran en un futuro, ya sea próximo o lejano, son también zonas de la mente que desgastan energéticamente.
Si piensas en el pasado o en el futuro te inmovilizas en el presente, te quedas estático, imposibilitado de actuar adecuadamente, mientras tu mente viaja a regiones inútiles de tu existencia.
Programar el futuro, planear estrategias para alcanzar una meta racionalmente lógica, y emocionalmente aceptable hacia la cual dirigirse, es muy diferente a construir castillos de naipes para un futuro ilusorio.
Si uno no trabaja en su presente para hacer realidad esos deseos, la energía que ha gastado construyéndolos es energía perdida.
Del mismo modo, revisar y valorar las experiencias pasadas para extraer de ellas las lecciones que podamos emplear en el presente, es válido y deseable.
Pero es muy diferente a estar "rumiando" experiencias dolorosas, ya que éstas alimentan una idea negativa acerca de uno mismo.
No mires al pasado mucho tiempo y al futuro cada momento.
Aprende que la vida no es pasado ni futuro, la vida es cada segundo que respiramos, cada momento que reímos, cada momento que desperdiciamos sufriendo por el ayer y nos preocupamos por lo que quizá tenga que suceder.
Si viviéramos cada segundo de hoy como debiera ser, no nos afectarían tanto viejos recuerdos y dolorosos fracasos que en el presente no tienen nada qué hacer.
Por eso cuando estés aferrado al ayer o tengas miedo de lo que pueda ser, recuerda que cada segundo es aquel que no ha de volver, como cada gota de agua que cae sólo una vez, como cada flor que crece y en otro momento florece, como el día de hoy que no mira hacia atrás para seguir adelante.
Pasado, presente y futuro, no son períodos en el tiempo, son períodos en la mente.
Aquello que no está más frente a la mente, se vuelve pasado.
Aquello que está frente a la mente es el presente y aquello que va a estar frente a la mente es el futuro.
El pasado es aquello que no está ya más frente a ti.
El futuro es aquello que no está aún frente a ti.
Y el presente es aquello que está frente a ti y se está escurriendo de tu vista.
No te aferres al pasado...
¡Lo que se fue, se fue!
El presente también se va a ir, y pronto será pasado.
Tampoco te aferres al futuro porque el mañana se volverá hoy y luego se volverá ayer.
Todo se va a volver un ayer.
Todo se te va a escapar de las manos.
El aferrarse simplemente te traerá sufrimiento.
Tendrás que soltarte.
Nuestro sufrimiento, y nuestro dolor pasa por no saber soltarnos.
Vivimos preocupados por el futuro y otras veces angustiados por situaciones del pasado que traemos una y otra vez a nuestra mente y las convertimos en presente y así seguimos sufriendo y sufriendo.
Tenemos que comprender que nuestro tiempo, el único que vale, es el ahora... este momento...
Observemos a los niños, no saben de pasado, ni de presente, ni de futuro.
Es de día cuando ven luz, es de noche cuando hay oscuridad, no conocen los relojes.
Viven, se entregan y en esa entrega minuto a minuto se sueltan, disfrutan el momento.
No logran comprender a los adultos.
A veces hasta nos miran extrañados.
Nos ven correr, nos ven llorar, nos ven ansiosos y demás.
Y ellos; esos "locos bajitos" nos están enseñando y a su vez recordando que la vida es maravillosa si sabemos ubicarnos en el ahora, en este instante.
Parece complicado.
Algunos pensarán: qué simple es decirlo pero qué difícil aplicarlo, pero sólo toma unos minutos, obvio si sabes cómo
Te invito a aprender como Soltar el pasado, soltar el pasado y despreocuparte por el futuro es saber vivir.
Tu tiempo es ahora.
¡Vamos, levántate... porque la luz del sol está afuera!

Con afecto.
Andres Guzmán
Consultor.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Atreviéndonos a sonreir



Atrévete a Sonreir...

Por qué no...
esbozar la sonrisa que nace a flor de piel, 
sabiendo que ella puede curar muchas heridas?

¿Por qué no...
brindar el abrazo que tanto reconforta, 
y que convierte un instante simple en maravilloso?

¿Por qué no...
agradecer cada gesto, cada detalle,
dando así inicio a una inagotable cadena de gratitud?

¿Por qué no...
deponer las armas del enojo y el temor ,
y en su reemplazo poner confianza y aceptación?

¿Por qué no...
irradiar la luz que brilla en nuestro interior,
y que puede ser fuente de luz en el diario caminar?

¿Por qué no...
soñar despiertos con los ojos cerrados,
y ser por un momento canción, flor, mariposa, amor o simple ilusión?

¿Por qué no...
dejarnos llevar por nuestro niño interior,
y jugar, pasear, reir, saltar, sentir y disfrutar con emoción?

¿Por qué no...
dejar que el Amor sea el dueño de la situación,
y nos impulse a compartirlo con todo aquel que cruce nuestro camino?

Algunas frases :
Sonreir no es mostrar los dientes sino el alma..
Mahatma Gandhi

Cuando nos encontremos con el prójimo, hagámoslo con una sonrisa....porque una sonrisa es el comienzo del amor. Madre Teresa de Calcuta

Que tengan una linda noche
Andres Guzmán.
Consultor.

Nuestros Cursos


Manejo productivo del estress

Analisis y solucion de problemas
Motivando para alcanzar el exito
Como formar relaciones fluidas
Motivacion en tiempos de incertidumbre (crisis)
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Lo que tu digas te lo dices. Ley de atracción


Como hacer un contrato conmigo mismo
El guion de la vida
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Relaciones laborales e interpersonales
Liderazgo Organizacional
Neurolinguistica
Negociacion en positivo
Reuniones efectivas de alto desempeno
El poder de la palabra
Como interpretar el language no verbal
Descubrir Innovar y crear
Rompa las Reglas
Las claves del exito
En busca de la exelencia
Padres e hijos triunfadores
Como funcionar bajo niveles de stress
Que es una vision del futuro
Como afrontar el proceso de un padecimiento. (Cancer)
Coaching o entrenamiento personal de emociones

Andres Guzmán
Consultor y Motivador




sábado, 1 de septiembre de 2012

Debemos aprender a soltar.



Soltar, para volver a vivir.


El aferrarnos al pasado, a una relación o a cualquier otra cosa, se vuelve una carga tan pesada, que nos impide avanzar y disfrutar de la vida. 

¿Te aferras a ciertas personas o situaciones?


¿Tiendes a aferrarte al pasado, a las personas o a algunas situaciones, aun cuando te hacen sufrir?

A lo largo de la vida vivimos todo tipo de situaciones. Independientemente de que éstas sean positivas o negativas, alegres o tristes y tendemos a aferrarnos a ellas.

Actuar así, es un error.
Nos guste o no, lo aceptemos o lo rechacemos, nada es permanente en la vida, todo cambia y ante este hecho tenemos dos opciones:
Podemos fluir con los cambios o podemos quedar atrapados en relaciones, sentimientos y momentos dolorosos, que nos impide seguir avanzando y disfrutar de la vida.

Soltar significa :Dejar de forzar una situación para que se dé como nosotros deseamos que se dé, aunque no haya los elementos adecuados para que así suceda .En este aspecto, es importante tener en cuenta que las cosas funcionan por la ley de causa-efecto, aunque nosotros no conozcamos las causas y sólo veamos los resultados.

Dejar de luchar para mantener una situación que no tiene suficiente sustento para ello.

Recuerda que todo final es el principio de algo nuevo y todo principio va a tener un nuevo final en el que nosotros podemos influir, por lo tanto, es importante aprender a disfrutar de lo positivo y placentero que tenemos y a vivir y aprender de lo negativo, estando conscientes de que es pasajero y que nos ayuda a fortalecernos y desarrollarnos.



Entre las principales cosas a las que podemos aferrarnos encontramos:

Una relación. Esto sucede cuando somos dependientes de alguna persona

 Pensamientos negativos o erróneos que aprendemos a través de los años y por rigidez y/o miedo al cambio, no  tratamos de modificar.

Una adicción o mal hábito que nos sentimos incapaces de modificar (debido a una baja autoestima) o por falta de la motivación y la disciplina necesarias para hacer el esfuerzo que se requiere.
Emociones negativas que nos hacen sufrir innecesariamente (enojo, resentimiento, culpa, etc.). Algunas de éstas, pueden, aparentemente, darnos energía o una sensación de poder o control, pero nos desgastan emocionalmente y afecta nuestra conducta de forma negativa.
Una imagen negativa de nosotros mismos, que proviene de un fuerte aprendizaje y un autoreforzamiento constante.
Eventos y recuerdos del pasado que nos causan dolor. Con frecuencia nos aferramos a éstos, porque refuerzan nuestra imagen de víctimas o porque nos mantienen en una posición en la que no tenemos que esforzarnos para enfrentarnos a un presente, que no podemos o sabemos manejar.
Dinero o algunos objetos materiales.
Esperanzas sin sentido, que no están basadas en la realidad.
Entre los principales motivos por los que nos aferramos, encontramos:

El miedo al cambio y a lo desconocido, que creemos que puede ser muy negativo o difícil de manejar.
No queremos perder algo que nos gusta y nos causa placer.

Somos muy rígidos y esta rigidez nos da, equivocadamente, la sensación de control y poder.
Un sentimiento de apego, exagerado y negativo, proveniente de cuando éramos bebés.

Todo bebé desarrolla dicho sentimiento. Si éste fue positivo y le dio seguridad al pequeño, cuando llega a la edad adulta es emocionalmente independiente y crea relaciones positivas tanto con las personas, como con las cosas y situaciones. Pero si dicho vínculo fue negativo, es decir, si el niño lo vivió con angustia e inseguridad, cuando crece sus apegos son exagerados y se vuelven el centro de su vida.

Una mala autoestima que nos inmoviliza, aun a lo negativo.
Sin embargo, independientemente de que sepamos el motivo o no, el tratar mantenernos aferrados nos impide crecer, en el mejor de los casos y nos hace sufrir, en la mayor parte de las situaciones.
Fluir significa soltar, abrir nuestras manos y dejar ir, como la arena que se desliza entre nuestros dedos, al abrirlos, a su propio ritmo y finalmente, cuando soltamos, nos liberamos.


Haz un buen análisis, honesto, de las emociones que te están afectando, para ver cuál es la causa de ellas y así, darte cuenta de qué es lo que estás cargando.

Imagina que reduces, aquello a lo que te estás aferrando, a un tamaño tal que cabe en un globo de helio y que lo sueltas, viendo como se aleja hacia el cielo, mientras tú, con una sonrisa, le dices adios, sintiéndote a gusto y en paz.
Puedes hacer esto mismo en la realidad, escribiendo en un pequeño papel, aquello que deseas soltar, amarrándolo a un globo y soltándolo, dejándolo ir.

Para dejar ir el pasado, aprende a vivir el presente, el aquí y el ahora, fijando tu atención en todo lo que haces en cada momento.
Recuerda que cada minuto es único e irrepetible, por lo que es importante vivirlo plenamente y no vale la pena perderlo preocupándonos por lo que ya pasó o por lo que no podemos tener.

Para dejar ir una relación o cualquier tipo de pérdida, es importante cerrar el círculo y elaborar el duelo, viviendo y manejando, adecuadamente, las emociones y sanando nuestras heridas, cambiando las creencias equivocadas que nos hacen sufrir.

Para soltar cualquier situación, persona o cosa, en general, es importante descubrir qué ganancias secundarias obtenemos al mantenernos en esa posición y qué creencias y pensamientos equivocados tenemos al respecto, para hacer los cambios necesarios.

Con afecto, 
Andres Guzmán 
Consultor