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sábado, 29 de septiembre de 2012

Vivimos para ser aceptados por los demás?




Realidad o Ficción  me decía un colega un día de estos que conversábamos sobre este tema, yo le comentaba que vivimos en una sociedad en la que lo más importante es ser aceptados por los demás, ser como quieren que seamos, pero hasta dónde somos capaces de llegar para conseguirlo y si no lo conseguimos qué ocurre. Es de esto que quiero escribirles y porque no... tener sus apreciaciones.

Voy tratar sobre como los jóvenes, generalmente, hacen cosas obligados por la sociedad que nos rodea sin de verdad querer hacerlas. Me voy a centrar sobre todo en nuestra forma de vestir, de arreglarnos, del alcohol, las drogas, de cómo se margina a la gente por no ser como quieren que sea y de los abusos a los que son sometidos (un tema muy de actualidad sobre todo en los colegios).

Hablo sobre estos temas porque no estoy muy cómodo en la sociedad en la que vivo, porque creo que se basa en la hipocresía y las apariencias, porque no nos paramos a conocer el corazón de las cosas o las personas, porque se juzga a las personas por su forma de vestir, por su aspecto físico o por  tener una buena economía ¡hasta dónde vamos a llegar!, hay momentos en los que me gustaría que fuéramos ciegos y así podríamos disfrutar de todas las cosas bellas que el mundo de las apariencias nos priva.

He cogido la obra de Quevedo, que  es un escritor digno de mi admiración,  por la actitud  que ofrece sobre su sociedad, una actitud tan crítica que no puede entenderse como realista sino como una reflexión amarga sobre el mundo y como un desafío estilístico sobre las posibilidades del género y del idioma. Porque él al igual que yo se rebela ante la sociedad.

He cogido el artículo de Muñoz Molina ya que nos hace reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos, en la forma de divertirse de los jóvenes y de los no tan jóvenes  en su artículo nos habla del alcohol, de sus causas físicas, psicológicas y sobre todo sociales.

Cómo ha sido la sociedad.

 Hasta hace muy poco hemos vivido en una sociedad que se dividía en privilegiados y no privilegiados, en la que nobleza y clero disfrutaban de comodidades, de tierras…mientras que los pecheros solo tenían derecho a trabajar. Desde hace siglos se divide la sociedad entre pobres y ricos, blancos o negros…

  Y cómo es ahora

Por suerte vivimos en pleno siglo XXI en una sociedad en la que se supone que no hay clases sociales, que todos somos iguales, ahora hay igualdad entre hombres y mujeres, blancos y negros, pobres y ricos, que todos tenemos los mismos derechos, ¿o no?  Tenemos que preguntarnos si acaso no despreciamos a aquellos que no son como nosotros, que no actúan como nosotros, etc.

Entonces por qué nos empeñamos en hacer una clasificación, en despreciar a los demás por no llevar ropa de marca, por no tener un coche impresionante… Hasta dónde va a llegar esta situación es que no nos damos cuenta, cuántos niños o niñas tendrán que seguir derramando lágrimas porque sus compañeros se meten con ellos, porque no les gustaba su abrigo, , cualquier causa es buena para molestarles y hacerles daño.
 Cómo actuamos ante esta situación, simplemente intentamos ser lo quieren que seamos, hacer lo que ellos hacen o quieren que hagamos.

Las apariencias.

Por la calle ves a las mujeres que hasta para ir a comprar van muy bien maquilladas, todo a juego, muy bien peinadas, los hombres van al gimnasio, se compran buenos coches, ropa de marca, ¿y para qué?, ¿para estar más guapa o guapo?

Cuánto tiempo tendrá que pasar para que tengamos que dejar de ser esclavos de nuestra apariencia. ¿Es que acaso la persona no es bella por ser persona?

Es por ello que les invito a leer el fragmento de  Quevedo en donde habla de hipocresia, no lo escribo en esta nota debido a que es  bastante largo pero se los recomiendo que lo busquen, ese fragmento se escribió entre 1606 y 1621, si comparamos la sociedad que describe Quevedo nos podemos dar cuenta que en cuatro siglos la sociedad no ha cambiado prácticamente nada. Las mujeres que se arreglan para “despertar sensaciones” y los hombres solo ven la hermosura externa de la mujer.

La crueldad de la sociedad

Otro tema muy de actualidad es el desprecio entre niños, que no siempre acaba bien, pues cuantos niños deciden suicidarse porque sus compañeros lo acosan o lo desprecian. ¿Y por qué lo acosan?, por ser “diferente”, generalmente.

Debemos meternos en la situación de este niño y ver qué se siente solo porque nadie se quiere juntar con él, se siente insignificante, maltratado por la sociedad y lo peor es que no sólo lo desprecien, sino que le insulten, o peguen, hasta que no pueda más y acabe suicidándose.
Pero la sociedad es muy hipócrita  porque hay casos en que este niño al que han insultado, marginado… les hace falta y entonces no dudan en ir a buscarlo, en pedirle ayuda y darle su amistad.

El alcohol y las drogas.

Es muy común que  lo jóvenes tomen alcohol, pero porqué lo hacen, esta claro que no siempre porque les gusta, sino porque olvidarnos de algo que nos angustia y sobre todo porque como mis amigos beben yo porque no me dejen de lado o no me digan cobarde bebo, o porque somos tímidos y sólo tomando somos capaces de vencer nuestra timidez. Mil razones nos llevan a beber, pero es la sociedad la que más nos empuja a no sólo beber sino que buscamos algo más fuerte como las drogas.

Siempre que hablamos de drogas pensamos en los que las toman y decimos ¡que lástima, que se están destrozando la vida! Pero tenemos que preguntarnos si sólo ellos son ellos que se destrozan o son ellos los que destrozan, ellos destrozan a sus familiares, a sus amigos, incluso se atreven a despreciar a los que no las toman, ¡son unos tontos, pues no saben lo que se pierden! Y muchos “tontos” aceptan tomarlas por miedo a ser discriminados o señalados. Y no se dan cuenta que el sujeto capaz de decir que no se prueba como sujeto responsable.

En mi humilde opinión como padre, y consultor es que la sociedad nos obliga a ser como somos, con el tiempo nos va moldeando nuestro carácter, nuestra personalidad, hasta nuestra forma de pensar. La gente que nos rodea, el entorno nos influye, y mucho.
La sociedad en que vivimos se basa en aparentar ser, en  parecer ser más que. Y no aprovechamos que podríamos vivir siendo todos iguales, ya que nuestra monarquía no  nos establece una jerarquía, una división ¿Por qué la hacemos nosotros?

Gracias a todos por seguir mis notas, y realizar una breve reflexión de lo que vivimos realmente.

Un fragmento de “El mundo de por dentro”, incluido en la obra “Sueños” de Quevedo. Colección: Clásicos de la literatura española”. para que puedan leer el fragmento que les indique anteriormente.

Con Afecto, 
Andres Guzman 
Consultor DH ONU 

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