Lo que hacemos en la vida tiene eco en la eternidad

viernes, 22 de abril de 2011

La Envidia.


Si bien es cierto que una parte de nosotros contiene aspectos de nosotros que negamos también es muy cierto que contiene nuestros sueños, talentos y ambiciones. Y cuando negamos amigas y amigos esta parte de nosotros es decir cuando usted no utiliza esos talentos entonces sufrirá de la tan famosa envidia, odio, rabia, lujuria porque la vas a proyectar cada vez que observes a alguien exitoso. Te vas a poner super verde de la envidia.

La envidia es la peor emoción destructiva. Porque vas a envidiar las cualidades, posesiones, buenas cualidades, estilo de vida de los seres amados. Aún inconscientemente vas a querer destruir a esa persona.

La envidia queridos lectores se encuentra arraigada cuando muestras o recibes (mucho ojo) un respeto exagerado y la celebración exagerada de tus éxitos. A la misma vez es un rechazo hacia nuestras propias cualidades positivas porque cuando envidiamos nosotros inconcientemente proyectamos nuestros propios atributos positivos en los demás. La tragedia reside en que nos ciega a lo bueno que hay dentro de nosotros.

Aunque puede ser desalentador encontrarnos con nuestros demonios de la envidia y la codicia dentro de nosotros al encontrarnos aplaudiendo y observando los éxitos de los demás, el hecho de aceptarlo te servirá como catapulta para que te motives a alcanzar metas tu también, para desarrollarte y para enriquecer tu vida.

Cuando envidiamos a otros por lo que son capaces de alcanzar, nuestros propios únicos talentos se pierden. En lugar de eso, vemos nuestros talentos ignorados y enterrados en otros y sentimos que de alguna manera aquellos que los poseen han tomado los talentos de nosotros.

Miren todos tenemos dentro de nosotros nuestra sombrita llena de mucha sabiduría, valor, entusiasmo, creatividad, conocimiento, sustancia, fortaleza tal y como las envidiamos en las otras personas.

Los siguientes ejercicios te ayudarán a alcanzar tu potencial porque al integrarlos y renocerlos te van a ayudar a alcanzar lo que tanto anhelas.

1. En una página o en tu diario, haz una lista de las cualidades que más admiras en otras personas (por ejemplo, belleza, talento, ambición, etc)

Aún cuando no creas que las puedas poseer son parte de ti. No importa que tan enterradas estén o que no las hayas desarrollado, están escondidas en algún lugar dentro de ti.

2.Haz una lista de las cualidades que más admiras de tu pareja actual. Si no estás en una relación, las que admirabas en tu anterior relación o en los hombres o mujeres que más te atraen.

3. Date crédito por sus atributos positivos. 
Las mujeres tienden a ser más modestas que los hombres. Es muchísimas familias se considera inapropiado que alguna mujer reconozca sus logros o reconocer como se ve, en cambio a los hombres se les anima desde niños a reconocer y desarrollar sus talentos.



  • En una página o en tu diario, haz una lista de cinco de tus características positivas, aquellos atributos de los cuales te sientes muy orgullosa.

  • Si no puedes pensar en cinco cosas, continua pensando y observando hasta que puedas. Si, después de una semana, no te salen los cinco atributos, entonces pídele a un amigo que te digas cuales son tus valores y que es lo que admira más en ti. Encontes vea si estás de acuerdo y anótalas en tu lista. Si aún así tampoco reconoces cinco cualidades en ti, trabaja con lo que tienes ahora. Tal vez, a medida que vayas trabajando en tus talentos positivos, puedas ser capaz de encontrar cinco cualidades o tal vez más.

  • Escribe cinco cualidades positivas en una tarjetita y colocalo en un lugar donde puedas verla a menudo. Enfrente del servicio de baño, o en el espejo, o en al mesita de noche o en cerca del volante del carro.

  • Haz una pausa durante el día y lee nuevamente la lista de las cinco cualidades. Empieza respirando profundamente. Ahora leela en voz alta haciendo una respiración profunda en cada una. Al hacer esto vas a confirmar y reconocer los aspectos positivos. No esperes que sea de un día a otro, pero con el tiempo será parte de tu conciencia, especialmente si ya no te criticas más dándole la contraria a tus cualidades.

  • Por último no te compares más con los demás. Cuando lo hacemos terminamos peor con "el menos que" o "el mejor que".
          Con Afecto,
          Andres Guzmán  

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